jueves, 16 de julio de 2015

Senador Uribe, lo inconstitucional es mantener la guerra. (Sobre el cese bilateral)

Como si no fueran suficientes los golpes que debe sufrir la credibilidad del proceso de La Habana por cuenta de la reciente escalada de acciones militares por parte de las FARC, también este debe sortear una serie de mentiras y falsedades que se han tejido alrededor suyo por cuenta de quienes desconocen el alcance del proceso, o que tal vez solamente quieran desinformar.

En ese grupo se encuentra claramente el partido de oposición, otrora amañado en el poder, Centro Democrático, el cual ha encabezado una serie de críticas delirantes, irracionales y contradictoras en contra del proceso de La Habana que no me detendré a mencionar en detalle, salvo la que me motiva a escribir esta entrada: la falsa afirmación del senador Uribe sobre la inconstitucionalidad del cese bilateral.

En días pasados los medios nacionales y locales registraban las afirmaciones, que como de costumbre hace sin sustento y sin debate, criticando el proceso y la decisión de desescalar el conflicto armado. Fue allí en donde sin mayor detenimiento afirmó que el cese bilateral es “imposible constitucionalmente” por igualar a las Fuerzas Militares con el terrorismo, insistiendo en su propuesta de concentrar a las FARC en sitios determinados.

Resulta senador Uribe que es más inconstitucional condenar a los pueblos campesinos e indígenas a seguir soportando el fuego cruzado, las acciones militares de las partes, y los señalamientos de apoyar a uno u a otro actor del conflicto.

Basta dar una mirada a la Constitución, que por cierto usted quiso manipular en beneficio de su poder perpetuo, para reconocer la viabilidad jurídica de un cese bilateral:

1. De acuerdo con el artículo 189 numeral 3, corresponde al Presidente de la República “Dirigir la fuerza pública  y disponer de ella como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República”, claramente entendiendo que esa disposición no implica actos que atente contra el orden jurídico, como al parecer fuesen los casos ordenados en contra de civiles conocidos como “Falsos Positivos”.

2. El artículo 217 establece como función primordial de las Fuerzas Militares defender la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y el orden constitucional, luego si no existen acciones que deban repeler de ningún modo se encontraría desconociendo su mandato constitucional.

3. Mediante Acto Legislativo 01 de 2012 se incorporó en la Constitución el artículo transitorio 66 en el cual se adoptan medidas de justicia transicional “para los distintos grupos armados al margen de la ley (…) y también para los agentes del Estado”.

4. El DIH reconoce y acepta las suspensiones de armas, las cuales no implican modificación al estado de guerra, ni suspensión de la aplicación del derecho internacional, sino simplemente un acuerdo concertado que permita alcanzar determinado objetivo definido por las partes en conflicto, como en este caso es el desescalamiento para una terminación definitiva del conflicto.

5. Concentrar en plenas negociaciones a las FARC, desarmados, es desde una mirada objetiva y lógica condenarlos de entrada y aceptar el confinamiento sin haber terminado de negociar los puntos del acuerdo, lo cual es claramente una opción que resulta inviable como parte activa dentro del conflicto.

Resulta pues una afirmación claramente infundada por parte del senador Uribe, incluso desproporcionada y hasta mezquina, si recordamos los actos por los que ha sido señalado su gobierno, y quien llega al cinismo de afirmar que el desescalamiento es inhumano. Lo inconstitucional resulta mantener esta guerra, y esperar que cientos de policías, militares, campesinos, indígenas, entre otros, sigan recibiendo las balas de un conflicto que probablemente ni siquiera entiendan.

En este momento urge lograr credibilidad en las negociaciones, y asumir posiciones constructivas, sin renunciar a la libertad de crítica, pero con coherencia, y que no falten a la verdad.


Asumir posiciones mentirosas, incoherentes y delirantes, que solamente buscan minar los intentos de terminar un conflicto, como la que actualmente asume el uribismo y que sus banderas ondea con fuerza cada día, solamente aleja la posibilidad de avanzar en la construcción de Estado, y nos mantiene condenados a seguir viendo a soldados, policías y en general a los colombianos, caer desangrados por esta guerra sin sentido.