martes, 12 de enero de 2016

Uribismo y la cínica oposición

Uno de los varios indicadores para medir el nivel democrático de un gobierno reposa en el entorno que rodea a la oposición y a las visiones antagónicas al oficialismo. En ese sentido, además de las condiciones para elecciones periódicas que permitan la alternancia del poder, es necesario que existan espacios para el ejercicio de contradicción por parte de opositores al gobierno de turno, sin señalamientos ni estigmatizaciones por parte del discurso oficial que ponga en riesgo su libre ejercicio político.

Por su parte, la oposición tiene unos límites éticos en cuanto al ejercicio como tal de su derecho político y democrático, especialmente si como en el caso colombiano esa bancada ha detentado las riendas del poder político.

En este caso, luego de la elección de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia, ha sido cada vez más fuerte y marcada la oposición que el denominado uribismo ha querido visibilizar ante la opinión pública.

Este sector político liderado por el expresidente hoy senador Álvaro Uribe Vélez, acompañado por una serie de personajes desconocidos que reposan bajo su ala sin mayor  logro que haber defendido el llamado legado de la Seguridad Democrática, y que viven de vociferar mentiras como mantras para animar a sus huestes en redes sociales, es un ejemplo de la transgresión a los límites éticos que debe tener una oposición.

Durante el gobierno del senador Uribe se tomaron varias decisiones similares a las que hoy le critican al gobierno de Santos. En algunos casos incluso intentaron adelantar gestiones que hoy le son reprochadas al gobierno y que durante su oportunidad de alguna forma fueron truncadas las aspiraciones, legítimas o no, legales o no.

A modo de ejemplo basta mencionar:

-       El gobierno de Uribe intentó adelantar un acuerdo de paz con las guerrillas de las FARC y el ELN, afirmando incluso que si era necesario eliminar los obstáculos jurídicos para su participación política, esto debía lograrse. Hoy critica la posibilidad que se ha considerado en el proceso de La Habana.
-       El uribismo critica el aumento irrisorio del salario mínimo, junto con el rechazo a la posibilidad del aumento del IVA, lo cual sería considerado si no fuera porque durante ese gobierno los incrementos salariales en varios de los 8 años no pasaron de la inflación, aumentó del 8% al 16% el IVA y subió del 2 al 4 x mil.
-       Como oposición han señalado que se sienten objeto de persecución por parte del oficialismo, pero durante el gobierno de Uribe se institucionalizaron los falsos positivos, las mal llamadas chuzadas del DAS, el señalamiento a las Cortes y Jueces y la satanización a periodistas y opositores siendo graduados de “guerrilleros vestidos de civil”.
-       El uribismo ha sido enfático en oponerse, como muchos sectores, a la venta de ISAGÉN, pero en el año 2007 durante su mandato planearon venderla por un valor de 4.5 billones de pesos.
-       Uribe afirmó durante su gobierno que era objeto de ataques mentirosos sobre su gestión y otras acciones que varios reprochábamos por su abuso del poder, pero es hoy el uribismo quien se ha basado en una serie de mentiras para oponerse al proceso con las FARC, como que mantendrán sus armas, entre otras.

Resultan estos algunos ejemplos que merecen la atención para entender que la oposición tiene derecho democrático a ejercer políticamente su contradicción al gobierno de turno, pero debe tener un deber ético cuando se mira al pasado y puede resultar con rabo de paja.


Han resultado como opositores grandes fieras en redes sociales aprovechando la mala memoria del colombiano para oponerse a varias decisiones del débil gobierno de Santos, y precisamente por esa mala memoria y del cinismo que los caracteriza, es que han pasado inmaculados  por el fuego teniendo un gran rabo de paja frente a las críticas que han enarbolado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario