lunes, 2 de julio de 2012

EL VALLE: Elecciones o región atípica?

Mi reflexión sobre las elecciones atípicas.

Las elecciones atípicas para gobernador del Valle del Cauca celebradas el pasado domingo 01 de julio, dejan mucho que pensar acerca de la situación de la región.

La contienda se caracterizó por la falta de debate y espacios de interacción entre los candidatos y entre estos y los ciudadanos, bien sea por motivos de tiempo o por el empeño más de maquinarias por consecución de votos antes que de debatir ideas y programas.

De otro lado, las dudas e intrigas que rodearon estas elecciones, parecían no tener fin. Un candidato apoyado por Juan Carlos Martínez, de forma abierta, y los rumores de los apoyos subterráneos, tanto a Ubeimar Delgado como al mismo voto en blanco (Lea el artículo en La Silla Vacía) por parte del mismo ex senador.

Al final, un gobernador electo con algo menos del 20% del caudal electoral, es decir, más del 80% de abstención en una región con 3 gobernadores destituidos, crisis social y presupuestal (el departamento se encuentra sometido a ley 550) con riesgo de disminución de categoría, rodeado de mafias y corrupción.

Un gobernador electo cuya competencia era, por un lado, el candidato del MIO, desconocido para la región pero apoyado por fuerzas de no muy buena reputación, y de otro, un candidato del Polo Democrático que, no sobra decir,  era el único con formación profesional para asumir las riendas del departamento, pero sin maquinaria ni tiempo para proyectarse en la contienda.

Un gobernador electo cuya caracterización, en palabras del periódico El País de Cali es de un hombre “católico practicante, un hombre profundamente devoto que reza todos los días, que lleva en su cuello un escapulario, tiene un Cristo que domina la entrada de su apartamento y va cada ocho días a misa. Vive muy cerca del Santuario de la Virgen de Fátima en el barrio Granada, al norte de Cali.” (Lea Quien es Ubeimar Delgado, el nuevo Gobernador del Valle) pero sin ninguna referencia profesional, más allá de un recorrido por cargos de elección popular como concejal y congresista, que fue apoyado por esa fuerza llamada Unidad Nacional, que no pasa de ser una fiesta swinger de partidos y burocracia con fines electorales, liderada por Dilian Francisca Toro y Roy Barreras.

Una Unidad Nacional que en la región no logró convocar a más del 20% de caudal electoral y que se mostro en varios puestos de votación, especialmente de la capital vallecaucana, como contendor del voto en blanco, cuyo total fue de 132.906 (En Cali fue de 80.765 votos, 10.000 menos que el gobernador electo) y que, si bien no logró su cometido de convocar nuevas elecciones (para lo cual requería de mayoría absoluta), está siendo interpretado como un primer paso de indignación de una región somnolienta y caracterizada por el letargo político perpetuado por las tradicionales élites económicas y politiqueras, sin mencionar las “élites” de la mafia que han capturado las instituciones.

Lo que al final queda de toda esta experiencia “atípica”, es el reflejo de una región apática, en crisis e indiferente a su futuro, los altos niveles de abstención son el síntoma de una problemática grave y profunda.

La tarea del gobernador electo es asumir un cargo sin legitimidad, dado los niveles de abstención, pero que el escenario actual demandan gestión eficiente y pertinente, más allá de escapularios y misas periódicas, para poder afrontar la deteriorada situación regional.

La de quienes apoyaron el voto en blanco, es trascender de la indignación en las urnas y asumir un papel proactivo y de control crítico a la gestión del gobierno electo, más cuando muchos de los seguidores “del blanco” son jóvenes con ganas de arrebatar de las manos politiqueras y tradicionales el futuro de la región.

Que no se olvide entonces que el actual  gobernador, además de ser ilegitimo por el letargo de muchos representado en los niveles de abstención,  curiosamente enfrenta también una juventud que está despertando de ese adormecimiento demostrado en el voto en blanco, además de asumir una región sumergida en crisis. Esperemos a ver con que nos resulta nuestro devoto gobernador.

P.S. No esperemos las próximas elecciones, continuemos construyendo cambio y generando reflexión más allá de las urnas, así algunos nos llamen vallecaucanibales.

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